Con esta receta participamos en el concurso del Blog "Velocidad Cuchara".
Luca es italiano, y la primera vez que fuimos a conocer a su familia, me dio a probar los "baci de dama", dulces típicos de la ciudad de Génova. Me enamoré de ellos al instante. La pasta está hecha a base de avellana, y el aroma y el sabor que tienen es alucinante. Después mi cuñada me dio una receta antigua, en un papel amarillento, que guardo como un tesoro. ¡¡¡Son muy fáciles de hacer, los tenéis que probar!!!
Luca es italiano, y la primera vez que fuimos a conocer a su familia, me dio a probar los "baci de dama", dulces típicos de la ciudad de Génova. Me enamoré de ellos al instante. La pasta está hecha a base de avellana, y el aroma y el sabor que tienen es alucinante. Después mi cuñada me dio una receta antigua, en un papel amarillento, que guardo como un tesoro. ¡¡¡Son muy fáciles de hacer, los tenéis que probar!!!
Ingredientes:
200
g. de avellanas tostadas sin piel.
200
g. de harina.
200
g. de azúcar.
150
g. de mantequilla.
nutella,
o crema de chocolate y avellanas casera.
Preparación:
Si
se compran las avellanas en crudo, es necesario
tostarlas durante unos minutos
en el horno a 200 grados,
con mucho cuidado de que no se quemen. Después se
frotan dentro de un trapo, y la piel sale sola.
Se
trituran las avellanas en el vaso a velocidad 5-6, unos
15 segundos, hasta conseguir
una pasta. Se añade la
harina, el azúcar y la mantequilla a temperatura
ambiente. Se mezcla todo durante 20 segundos a
velocidad 3-4, hasta que quede homogéneo.
Precalentamos
el horno a 170 grados.
Sacamos
la mezcla del vaso y formamos una bola. Vamos
sacando pedazos y amasándolos en
forma de rulo de
aproximadamente 1,5 cm de diámetro. Cortamos en
pedacitos y
formamos pequeñas bolitas, que vamos
disponiendo separadas en una bandeja de
horno forrada
con papel antiadherente.
Metemos
al horno durante 2o minutos, o hasta que
veamos que están bien doraditas.
Cuando
se enfríen un poquito, untamos en una galleta un
poco de Nutella (aconsejo esta
marca para este postre), o
mejor todavía, una crema de chocolate y avellanas
casera,
y pegamos con otra galletita.
Se
puede comer calientes, aunque frías están igual de
deliciosas.
Notas: se pueden guardar en una lata y aguantan varios
días.
Y cada día están más buenas!
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