Que tu alimento sea tu medicina. Que tu medicina sea tu alimento.

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

POR QUÉ CONSUMIR PRODUCTOS ECOLÓGICOS


Si hay algo que todo el mundo puede hacer para ayudarse a sí mismo y al planeta, es empezar a transformar los hábitos que dañan, contaminan y deterioran por otros más saludables y que ayuden a mejorar las condiciones del planeta donde vivimos.


El daño que hace el alimento contaminado o de baja calidad en el cuerpo, es el mismo deterioro que ocurre con la contaminación ambiental ya sea por basura, ... gases tóxicos, etc. en el planeta, el cual es también un organismo vivo que responde y reacciona a las agresiones, descuidos y negligencias de quienes lo habitan.


Aunque pareciera que la comida orgánica es un lujo, un negocio o que está de moda, en realidad este tipo de productos tan sólo es el reflejo de un nuevo cambio de consciencia. Llega un punto en que las personas se cansan de estar enfermas y de que sus cuerpos se deterioren y enfermen, y tengan que depender de medicinas o tratamientos costosos sin recibir muchas veces la cura deseada.


El planeta, por otro lado, también se cansa (y ya se está cansando) de ser tratado como objeto y de que se explote y se maltrate con todo tipo de sustancias que lo dañan y debilitan cada vez más, lo cual provoca toda una serie de respuestas ambientales que parecen agresivas y terribles, pero que al final de cuentas tan sólo son el eco de la forma en cómo ha sido tratado.


Amor para ti y el planeta.

Los productos orgánicos se empiezan a preferir cada vez con más frecuencia no sólo por ser una nueva forma de comer más saludable, sino porque están cargados de una energía más armónica y consciencia, la cual se refleja desde la forma en la que el alimento es cosechado o cultivado por manos más amorosas y conscientes. Por ejemplo:

• Los productos orgánicos son cosechados sin pesticidas y sin agua contaminada, lo cual no daña la tierra ni la agrede o debilita. Este tipo de productos son cosechados con agua de pozo profundo por lo general.
• El ganado orgánico también es tratado con especial cuidado, goza del libre pastoreo, se asolea y se trata con más dignidad, no se les suministran medicamentos, sustancias químicas u hormonas para hacerlos crecer más rápido (lo cual es una terrible agresión para el animal). Además, se les permite un tiempo de vida suficiente para después ser sacrificados sin dolor, de forma rápida y segura para que el animal no segregue sustancias producidas por el temor o el sufrimiento, las cuales son nocivas para el consumo humano.
• Los vegetales y frutas orgánicas contienen muchos más nutrientes (minerales y vitaminas), son de asimilación más saludable, pues el estómago no batalla con sustancias tóxicas y son muy seguras para el consumo, incluso en niños pequeños, ya que al no contener pesticidas, no agreden su organismo.
• Además, estos productos contienen muchos más antioxidantes que los producidos normalmente. Los antioxidantes ayudan a la reparación de tejidos y a evitar el desgaste producido en ellos, el cáncer y el envejecimiento precoz.
• Los productos son sin duda más ricos, de texturas más agradables y de más fácil digestión.
• Baja considerablemente el riesgo a las alergias por alimentos.
• Están libres de residuos tóxicos procedentes de fertilizantes sintéticos, antibióticos, aditivos y conservadores.
• Ayudan a mantener un buen metabolismo y balance bioquímico del organismo
• Están libres de trazas de anabólicos.
• Promueven el desarrollo sustentable del campo.
• Se fomenta el apoyo a productores medios y pequeños que reciben un pago justo por sus productos.
• Son nobles con el ecosistema.
• Rescatan y promueven la biodiversidad
• La forma en que son producidos no genera problemas ecológicos, no contaminan el suelo, ni el agua, ni la atmósfera.
• Estos productos están certificados y son avalados, se cultivan bajo normas internacionales con estrictos procedimientos, siempre sin uso de insumos químicos tóxicos.

Lo barato sale caro.

Si bien los productos orgánicos son más costosos debido a la producción y al trato que reciben; el precio que uno paga bien vale la pena en todo sentido. A la larga, los beneficios de consumir productos orgánicos son sin duda inmejorables. Puede ser que, al elegir productos más baratos, sea mejor para el monedero, pero el ahorro que hacemos no solo es en monedas, sino en sustancias nocivas en el cuerpo y el planeta las cuales, tarde o temprano podrían estropear su salud y belleza. Entonces, habría que invertir tiempo, dinero y esfuerzo en tratar de compensarle al cuerpo y al planeta el descuido que se conoce como enfermedad.

Lo que la tierra y el cuerpo nos devuelven a cambio.

Podemos ver que la tierra da flores junto a bolsas de basura, sale el sol a pesar de la contaminación y las gallinas siguen poniendo aunque se les tenga amarradas y enjauladas. Por otro lado, el cuerpo tiene vida y energía a pesar de que se haya llevado una vida descuidada, y hace cada día enormes esfuerzos por eliminar lo que le hace daño y mantener su equilibrio para que simplemente podamos despertar por la mañana, y elegir la forma en cómo deseamos vivir. La gracia de la naturaleza parece estar dispuesta a dar y dar. Nos da sin que le demos mucho, o nada. Y si se ha tratado de formas no dignas ya sea al organismo o a la Tierra, que a cambio nos dan flores y vida, ¿qué podríamos esperar si le damos más amor y un trato más digno?

Fuente: Biomanantial.

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